1. El Nombre de mi Mentalidad Fija: "Alexandro -1"
En el control de versiones, un decremento es una regresión, un paso a una versión anterior y potencialmente inestable. De esta metáfora nace la nomenclatura de mi mentalidad fija: Alexandro -1.
No es un antagonista, sino una instancia intrínseca de mí que se ejecuta en escenarios de baja energía y nulo agrado. Es la versión que se siente miserable, enojada y estresada; la que personifica la "teoría de la entidad fija", donde las habilidades se consideran innatas e inmutables (Dweck, 2006). Si mi yo ideal es un sistema en constante upgrade, Alexandro -1 es el ancla. El desafío —y el propósito de esta hermenéutica personal— es comprender su algoritmo.
2. El Manifiesto de Alexandro -1: Detonantes y Actitudes
El Veredicto del Obstáculo
Mi relación con la puntualidad es crónica. El detonante no es el reloj, sino el momento en que mi cerebro calcula que ya voy tarde. La respuesta de Alexandro -1 es una frustración que me paraliza: ‘Ya fallaste, da igual’. Esta actitud refleja cómo la mentalidad fija ve un obstáculo no como un problema a resolver, sino como un veredicto final sobre la propia capacidad, afectando directamente la resiliencia (Yeager & Dweck, 2012).
El Refugio en la Evasión
He evadido propuestas que me empujan fuera de mi zona de confort, especialmente en contextos relacionales. El miedo subyacente no es a la actividad, sino al proceso de ser un novato. Es un mecanismo de defensa para proteger un ego que confunde competencia con valía, un comportamiento clásico donde el reto es visto como una amenaza que podría exponer una supuesta deficiencia fundamental (Dweck, 2006).
3. El Plan de Refactorización: De Bug a Feature
Mi primera Brújula fue el diagnóstico. Las dimensiones de Crítica y Recibir Ayuda se revelaron como el hábitat de Alexandro -1. El feedback del CBU fue la llamada a la acción: no basta con identificar el bug, hay que crear un sandbox para reescribir su código. Mi clase de Coro Preparatorio es ese laboratorio en vivo.
Este moodboard es la hoja de ruta de una refactorización deliberada. Cada elemento visualiza la transformación de este bug en una feature: la vulnerabilidad como una herramienta indispensable para la conexión y el crecimiento.
4. Análisis del Código Fuente: Una Reflexión Profunda
Análisis Emocional y Perceptual
Alexandro -1 se siente como una armadura. Externamente, quizás se percibe como distante o apático. Aplicando el método RULER (Brackett, 2020), puedo Reconocer la ansiedad y la frustración; Comprender su raíz en el miedo a la imperfección; Etiquetarlas para evitar que me definan; Expresar mi estado internamente; y, crucialmente, Regularlo a través de la respiración consciente —una técnica fundamental en el coro—.
Conexión con el Andamiaje Teórico del CBU
Este curso me ha provisto del andamiaje teórico para esta introspección. Alexandro -1 es la “tiranía del ahora”, donde cada tarea es un veredicto (Dweck, 2006). La neuroplasticidad es el contraargumento empírico a su determinismo. La lectura de Eleanor Duckworth (2000) sobre “las virtudes de no saber” ha sido un punto de inflexión; mi aversión a pedir ayuda era un rechazo a estas virtudes. Aceptar que “no saber” es el preámbulo del aprendizaje es mi objetivo. A su vez, Brené Brown (2021) me permite decodificar el miedo de Alexandro -1, revelando que en el fondo es un temor a la vergüenza de no ser percibido como autosuficiente y competente.
Conexiones Interdisciplinares y Personales
Esta dicotomía interna impacta directamente mis roles de liderazgo en Computer Society y mis prácticas en el Tilatá. Un líder con mentalidad fija no puede fomentar la seguridad psicológica necesaria para que un equipo innove. Mi pasión por conectar la historia y la tecnología requiere una conexión previa conmigo y con los demás desde la humildad intelectual. Reconocer a Alexandro -1 es el primer paso para que mi liderazgo y pedagogía se basen en la vulnerabilidad y el aprendizaje colectivo, no en la soberbia de una perfección inalcanzable.